Impresiones de No siempre ganan los buenos.

Tengo una cierta prevención contra la novela negra made in Spain.Y realmente no sé por qué ya que lo poco que he leído me ha gustado. No es que abunden los escritores españoles que se dediquen a este género, la verdad. Hasta hace poco, la novela negra ha sido territorio casi exclusivo de los norteamericanos. Afortunadamente, la apertura de fronteras nos ha traído, entre otras cosas, escritores de otras zonas como, por ejemplo, los nórdicos que, en mi opinión, y por lo que a la novela negra se refiere, superan a los americanos por goleada. La novela negra norteamericana es más de "usar y tirar"; encuentro que la nórdica, en general, es más profunda y tiene más calidad.Pero en España, es un género que parece que no llama demasiada la atención. Tenemos a Pepe Carvalho y a Petra Delicado. Sólo he leído una novela de cada y la verdad es que ambas me gustaron. Luego, tenemos la novela negra-cínica de Pablo Tusset, cuyo "Lo peor que le puede pasar a un cruasán" me encantó (aunque no sé si llamarlo propiamente novela negra). Pero, para de contar, no hay mucho más.

Así que tenía curiosidad por leer esta novela negra, hecha en Asturias, a la que bangles e Itaca ponían tan bien. Pues, satisfecha mi curiosidad, he de deciros que ¡"chapeau" para Nacho Guirado! Ha cumplido todas mis expectativas y se ha convertido en un autor cuyos libros buscaré. En cuanto al estilo, "No siempre ganan los buenos" es una novela de lectura fácil. Atrapa desde el principio, mantienen el ritmo en todas sus páginas y tiene un final..., cuando menos sorprendente. Se lee rápidamente -no son más que 210 páginas, con letra más bien grandecita y con mucho diálogo- y sin esfuerzos.

Comparándola con las novelas negras nórdicas que últimamente acostumbro a leer, diría que no profundiza tanto en los personajes y que el ambiente que crea es menos "oscuro" que el de éstas. Si la comparo con las norteamericanas, me sale una novela más verosímil, más real, sin tanto giro sorprendente que, si bien te mantiene pegado al libro, no es más que un engañabobos.El personaje principal, Daniel Sanchís, es el que mejor está desarrollado. Es el protagonista absoluto de la novela. Se nos aparece desde el primer momento como el culpable -¿qué más típico que un marido, que no se lleva bien con su mujer, que saldría ganando económicamente con su muerte, para ser el asesino?-. Obviamente, no os voy a decir si finalmente resulta o no serlo -tendréis que leer la novela para saberlo- pero sí os diré que el tipo se hace simpático. A mí me daba igual que fuese o no el asesino, lo importante es que conecté con él. Viví como propias sus peripecias para intentar demostrar su inocencia. Desconocía si, después de tanto intentar convencernos de ella, el escritor se sacaría en el último momento un conejo de la manga pero me daba igual, a mi me gustaba Daniel y si, al final resultaba ser un asesino, no dejaría de ser un asesino simpático.

Me ha resultado bonita la relación que entabla Daniel con el policía encargado del caso. Al final ambos se convierten en una pareja de investigadores de lo más curiosa.También me ha gustado el despelleje que, a lo tonto, como sin pretenderlo, hace Nacho Guirado de cierta clase social, acomodada, que parece una cosa y es otra completamente distinta. Como si estuviera quitando las diversas capas de una cebolla, el escritor va hurgando en el interior del matrimonio hasta descubrir que nada es lo que parece.

Respecto al título que ha puesto a la novela, "No siempre ganan los buenos", parece indicar un mal final, ¿no? Porque, si no ganan los buenos, será que ganan los malos... No os voy a hablar del final, sólo diré que me ha gustado; me ha parecido que la novela acaba bien, en el sentido de que acaba como tiene que acabar. Hablando en general, me gustan las novelas con un final cerrado, que resuelven todas las cuestiones que han planteado a lo largo de la historia y te dan la solución mascadita: yo no quiero imaginarme mi propio final cuando leo un libro, sino que quiero saber cuál es el final que imaginó el escritor, que es quien, al fin y al cabo, ideó el principio y el desarrollo de la historia. Si ha hecho eso, quiero que termine con su trabajo y me lo cuente todo bien, sin dejar resquicios para mi imaginación (otra cosa es que luego yo piense en otros finales que podrían haber ido mejor...). Esta novela pone punto y final pero no tiene quizás el final que algunos desearían. Para no desvelaros nada, simplemente diré que, algunos libros, para acabar bien, tienen que acabar mal.